domingo, 3 de junio de 2012

COLECTA ANUAL DE CARITAS

El próximo fin de semana, 9 y 10 de Junio, se realiza la tradicional Colecta de Caritas. Se trata de una fecha que se ha convertido con el tiempo, en una cita de amor solidario en nuestra Patria. Si bien Caritas nace en la Iglesia, como expresión del mandamiento del amor que nos dejara Jesucristo, podríamos decir que Caritas ya ha adquirido carta de ciudadanía nacional. Caritas pertenece a todos, es un bien de la sociedad. Por ello, su convocatoria cada año nos compromete más.

La considero como un cauce institucional que nos ayuda a manifestar nuestra caridad y a estar presente junto al que sufre. Valoro, de modo especial, a esas generosas personas llamadas voluntarias, que ofrecen su tiempo para hacer de Caritas una expresión de calidez humana y transparencia económica. Caritas es, ante todo, un testimonio.

Este año el lema que nos han propuesto es un gran desafío: Pobreza cero, vida digna para todos. Lo importante, la fuerza de este lema que nos debe movilizar, es la "vida digna para todos". Si no ponemos el acento en la vida digna como un ideal y un derecho para todos, podemos quedar atrapados en hablar de la pobreza, estudiarla y lamentarnos. La "vida digna" es una respuesta a la pobreza y un juicio a la sociedad. Cuando el compromiso con la vida digna se convierta en un ideal que nos movilice, especialmente a la clase dirigente, la pobreza cero dejara de ser una utopía, porque habremos puesto la mirada en el centro del problema. Si nos quedamos sólo en el conocimiento de las estadísticas, o en los planteos de estrategia política, siempre vamos a ir detrás del problema. Recuperar el sentido de la vida digna como principio y exigencia moral, es el comienzo seguro para el desafío de "pobreza cero".

La vida digna como derecho de todo hombre debe ser una verdad que nos comprometa. En el Evangelio no existe la pobreza como un hecho o una abstracción para ser estudiada y medida como un hecho social o político, existe el pobre. Ver el rostro concreto y sufriente de la pobreza nos muestra, además de las razones éticas y de equidad social para luchar contra la pobreza, el reclamo de la dignidad humana que muchas veces se expresa en el silencio. Jesucristo se ha identificado con el pobre y desde él nos interpela. No lo olvidemos, ellos fueron sus preferidos. Si hoy le preguntáramos al Señor, dónde estabas, o cuándo te vimos hambriento, enfermo, desnudo…, conocemos su respuesta: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron (que ayudaron), con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo" (Mt. 25, 38). La gloria de Dios es la dignidad del hombre.

Esperando que el próximo fin de semana se viva en todo el país un acontecimiento que nos una como argentinos, en torno a una meta que  nos ayude a crecer en el amor y la solidaridad con quienes menos tienen, les hago llegar, junto a mi afecto y oraciones, mi bendición en el Señor que nos ha enseñado con su vida y testimonio el camino del amor.

                                                                Mons. José María Arancedo
                                                           Arzobispo de Santa Fe la Vera Cruz

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