martes, 4 de diciembre de 2012

PREPARAR LA FIESTA


Toda fiesta lleva su tiempo de preparación. Desde pensar el lugar, los invitados, el menú hasta los detalles de último momento. En las fiestas relacionadas con la fe sucede algo semejante. Se acerca la Navidad y nos preparamos como Iglesia-familia de Dios para ese acontecimiento tan importante. Te invito a que nos preparemos con tiempo, sin dejar lo más importante de lado, o para el final y a las apuradas. 

Siempre pensamos en algunos regalos sencillos para la familia y los amigos. ¿Por qué no pensamos un regalo para Jesús, algo que sabemos le gusta? Podés proponerte visitar a un enfermo, dar una mano a alguien pobre, colaborar con Cáritas, acercarte a algún familiar o vecino con quien estás peleado... en fin, cada uno sabe por dónde puede buscar un regalo para ofrecer. También podés regalarte algo lindo para vos: confesarte, ir a misa, rezar, leer la Palabra... ¡cuántas cosas que te hacen bien! Y, sin embargo, no siempre dedicamos el tiempo necesario para alimentar la fe. 

En la Nochebuena celebramos que Dios se hace hombre en un Niño para llegar a tu corazón. Dios se acerca a la humanidad para darnos alegría en plenitud. 
En el Evangelio que se lee este domingo en la misa, Jesús dice: “Tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación” (Lc 21, 28). En pocas palabras dice mucho. Por un lado, nos da una palabra de aliento ante el cansancio o la decepción: “tengan ánimo”. Pero también es un llamado a mirar más allá, a “levantar la cabeza” y poner el corazón en la vida eterna, en nuestra vocación. La liberación es obra de Dios que viene y nos libera del pecado y de la muerte, y de todo lo que nos esclaviza y nos oprime. 

Sé que arrastramos el cansancio del año, a lo cual a veces se suma el calor y situaciones de mal humor. Pero justamente por eso es necesario levantarse y caminar con decisión hacia la meta. 
Hagas lo que hagas el 24 de diciembre será lunes y el 25 martes. Pero que sea una alegría del corazón para vos y los tuyos depende de la gracia de Dios y la libertad con que respondas. 
Por la fe podremos reconocer que Dios nos libera de toda opresión. Démosle una oportunidad a la fe. Emprendamos este tiempo hacia la Navidad como quienes buscamos respuestas más profundas. 
Mañana, lunes 3 de diciembre, cumplo 30 años de sacerdote. Te pido reces a Dios pidiendo perdón por las cosas en que no le serví a Él y a sus hijos como se merecía y dando gracias por su Amor de Padre. 


(*) Monseñor Jorge Eduardo Lozano es Obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.

FUENTE: http://www.diarioelargentino.com.ar

lunes, 3 de diciembre de 2012

Reflexiones de los obispos al acercarnos a la Navidad


Creemos en Jesucristo, Señor de la historia
Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento…

Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás1

El Año de la fe que hemos iniciado nos convoca a renovar nuestra fe en el Dios vivo y verdadero con una conciencia agradecida por el don recibido. Desde los orígenes de nuestra nacionalidad la fe cristiana fue transmitida en el ejercicio de la misión de la Iglesia, en el seno de las familias y por medio de sus proyecciones en la cultura de nuestro pueblo. Por eso, damos gracias por la fe de tantos argentinos que, a lo largo de nuestra historia, han sido testigos del Evangelio y ciudadanos ejemplares.
El centro de la fe cristiana es Jesucristo el Hijo de Dios hecho hombre, nuestro hermano y nuestro Redentor que nos ha revelado el amor del Padre y nos ha comunicado el Espíritu Santo, fuente de renovación y de unidad.
Al profesar con alegría y entusiasmo la fe expresamos nuestro deseo de difundirla y compartirla, de encarnarla en nuestra vida y en todas sus manifestaciones. Benedicto XVI al invitarnos a celebrar este tiempo de conversión, de reflexión sincera y de nueva adhesión al Señor nos ha recordado que la fe no puede quedar recluida en lo íntimo del corazón, sino que tiene una dimensión pública: requiere ser manifestada con coherencia en nuestras opciones temporales2

Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos
Invocamos a Jesucristo como Señor de la historia, y reconocemos que tenemos necesidad de Él, de su luz, de su perdón y de su gracia, para edificar la comunidad humana en la verdad, la justicia y el amor, según el plan de Dios. Varias veces, haciéndonos eco de una convicción ampliamente extendida, hemos afirmado que nos encontramos sumidos en una profunda crisis moral, que revela que la fe no impregna plenamente nuestro estilo de vida. Lo manifestamos en la oración que rezamos por la patria, al decir: Nos sentimos heridos y agobiados. 
Esta dolorosa situación se refleja en todos los órdenes de la vida nacional. Podemos salir de ella mediante la conversión a Dios, el único Señor, abandonando el pecado y asumiendo el compromiso de cumplir sus mandamientos: “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas… Amarás a tu prójimo como a ti mismo”3 . Este doble mandamiento del amor inspira el ejercicio de la justicia, que es la virtud básica de la vida social.

Queremos ser nación
Como señala Benedicto XVI, en este Año “será decisivo volver a recorrer la historia de nuestra fe, que contempla el misterio insondable del entrecruzarse de la santidad y el pecado”4 .
Estas palabras del Santo Padre nos interpelan, especialmente cuando miramos la vida de nuestra patria. Así como hemos dado gracias por la fecundidad de la fe en Argentina, también nos sentimos movidos a un examen de conciencia, a la conversión y a una purificación del corazón.
La patria es un don de Dios confiado a nuestra libertad. Un regalo que debemos cuidar y perfeccionar5 . Es esperanzador constatar que, no obstante tantas dificultades, sigue vivo en el alma de nuestro pueblo el deseo de ser nación y de construir juntos un proyecto de país.
La fe nos alienta a revisar nuestra vida personal y social a la luz de Jesucristo. Él es la Verdad que nos hace libres. El encuentro con el Señor despierta en el corazón del hombre aquellas energías espirituales y morales que necesitamos para fortalecer nuestro compromiso ciudadano. Aspiramos a ser una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Con todos los discípulos misioneros de Jesús en Argentina ya estamos transitando los caminos de la nueva evangelización. Como pastores renovamos nuestro compromiso con el anuncio del Evangelio. Es el principal servicio que podemos ofrecerle a la sociedad argentina.

Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios, para amar a todos sin excluir a nadie
El Hijo de Dios, al encarnarse, tomó la condición de servidor6 . En este Año de la fe, Él nos invita a ser plenamente libres, haciéndonos como Él servidores los unos de los otros, superando tanto el egoísmo, como actitudes meramente partidistas.
Todos los habitantes de nuestra patria necesitan sentirse respaldados por una dirigencia que no piense solo en sus propios intereses, sino que se preocupe prioritariamente por el bien común. “La felicidad está más en dar que en recibir”7 .
Recordamos, una vez más, que este servicio al bien común requiere una dedicación generosa a promover la dignidad de nuestros hermanos más pobres en su vida personal y familiar, para que sean protagonistas de su propio desarrollo integral. La educación y el trabajo siguen siendo los instrumentos que les permiten a las personas y a las comunidades ser artífices de su propio destino.
Los obispos argentinos, reunidos en nuestra 104 Asamblea Plenaria, hemos repasado con honda preocupación algunos síntomas de la persistencia de esta crisis moral y cultural. Compartimos algunos de ellos:
1. La dignidad de la vida desde la concepción hasta su término natural es la base de todos los derechos humanos. Reiteramos, una vez más, que el ordenamiento jurídico debe respetar el derecho a la vida.
2. La familia, fundada sobre el matrimonio entre varón y mujer, es un valor arraigado en nuestro pueblo. Anterior al estado, es la base de toda la sociedad y nada puede reemplazarla. Vemos con preocupación una corriente cultural y un conjunto de iniciativas legislativas que parecen soslayar su importancia o dañar su identidad. 
3. Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos. Tienen el derecho de que el sistema educativo no les imponga contenidos contrarios a sus convicciones morales y religiosas. Deseamos que toda la sociedad tome una mayor conciencia de la necesidad de mejorar el sistema educativo, de modo tal, que los más pobres sean sus principales beneficiarios. La necesaria preparación para la vida cívica de niños y jóvenes debe excluir la politización prematura y partidista de los alumnos.
4. Constatamos una angustia generalizada en nuestro pueblo por la vida de los jóvenes. Es enorme la cantidad de ellos que no estudian ni trabajan: ésta es una de las hipotecas sociales más desafiante para los argentinos.
5. La droga se extiende por el crecimiento del crimen del narcotráfico y la red de complicidades que lo sustentan. Pensamos que ésta es una de las causas principales de la proliferación del delito y de la consiguiente inseguridad.
6. A casi treinta años de la democracia, los argentinos corremos el peligro de dividirnos nuevamente en bandos irreconciliables. Se extiende el temor a que se acentúen estas divisiones y se ejerzan presiones que inhiban la libre expresión y la participación de todos en la vida cívica.

Concédenos la sabiduría del diálogo
Toda sociedad tiene conflictos. La democracia, tal como lo refleja la doctrina social de la Iglesia, no se construye agudizándolos, sino concretando los ideales de una verdadera amistad social.
Algunas sombras nos han perseguido a lo largo de nuestra historia, que en distintos momentos han acentuado su intensidad e impedido una vigencia más plena del orden democrático. Una es el excesivo caudillismo, que atenta contra el desarrollo armónico de las instituciones, acentúa su deterioro y menoscaba la autonomía de cada uno de los poderes del estado, tanto en el orden nacional como provincial. Esto es particularmente delicado cuando se trata de la independencia del Poder Judicial.
Otra sombra es la oposición entre las visiones unitaria y federal de la nación, la cual se extendió fuertemente en los albores de nuestra patria, e intermitentemente se manifiesta en distintos momentos de la historia. Cuando en nuestra oración por la patria decimos que queremos ser nación expresamos un anhelo claramente manifiesto en nuestra Constitución. Queremos ser una nación basada efectivamente en un sistema republicano, representativo y federal.
Llegando la Navidad los argentinos debemos recordarnos la deuda pendiente de nuestra reconciliación. Se hace cada vez más necesario generar contextos de encuentro, de diálogo, de comunión fraterna que nos permitan reconocernos y tratarnos como hermanos, aborre-ciendo el odio y construyendo la paz.
El niño que María recuesta en el pesebre es el Señor de la historia. A Él volvemos a dirigirle nuestra plegaria: “Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos…” A  la Virgen María, Nuestra Señora de Luján, le confiamos nuestras inquietudes y ponemos en sus manos nuestras esperanzas.

104ª Asamblea Plenaria
Año de la Fe. Adviento 2012
_________________
  1. Flp 2,2.4
  2. Benedicto XVI, Porta fidei 10
  3. Mc 12,30-31
  4. Benedicto XVI, Porta fidei 13
  5. Cf. CEA, Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad 11
  6. Cf. Flp 2,7
  7. Hch 20,35

sábado, 27 de octubre de 2012

Tan distintos en un mismo cuerpo. (Sobre el Sínodo de Obispos en Roma)

Durante tres semanas nos hemos reunido en Roma obispos de representantes de más de 100 conferencias episcopales de países ubicados en todos los continentes. Diversas lenguas y culturas; unas iglesias más jóvenes y otras de larga tradición. 

Experiencias semejantes aunque de continentes lejanos; y otras con las que nos unen lazos históricos y ahora no nos parecemos más que en unos pocos rasgos comunes. Por ejemplo, nos resultó cercano a la experiencia argentina y latinoamericana lo narrado por obispos de Filipinas o de Corea, y nos resultaba extraño algún planteo de la madre Patria o países europeos. 

Nos encontramos viniendo de lugares en que la Iglesia se manifiesta en comunidades florecientes, otros en los que es perseguida y se vive la fe en la clandestinidad, y también los que venden o alquilan sus propiedades —salones, casas parroquiales y hasta Templos— porque la comunidad se achicó mucho y no alcanza a mantenerlos económicamente. 

Me ayudaba a pararme ante esta situación la descripción que hace San Pablo en la carta a los Corintios: un solo cuerpo y miembros distintos (I Cor. 12, 12-26). Todos hemos bebido de un mismo Espíritu, hemos sido bautizados y hechos miembros de una misma familia: La Iglesia. Tan diversos y tan comunes como el dedo meñique de la mano izquierda, la quinta vértebra de la columna, el peroné, el hígado, la tráquea o la muela de juicio. Tan distintos pero todos tan parte del mismo cuerpo. 

Nos reconocemos con un mismo origen: el amor del Padre, manifestado en la Pascua de Cristo que derrama el Espíritu Santo. También con un mismo destino: “los cielos nuevos y la tierra nueva” en que tiene su morada el Espíritu. Aunque los caminos por los que peregrinamos son diversos, el punto de llegada y encuentro es el mismo, y lo que palpita en nuestros corazones también. 

Nos mueve el mismo amor a Dios y a su obra. En el mensaje conclusivo decimos: “Nuestro mundo está lleno de contradicciones y de desafíos pero sigue siendo creación de Dios y, aunque herido por el mal, siempre es objeto de su amor y terreno suyo, en el que puede ser resembrada la semilla de la Palabra para que vuelva a dar fruto”. Tenemos la certeza: Dios ama esta humanidad en este tiempo concreto de la historia. Y nosotros —hijos de Dios y de este tiempo— también. 

Este mensaje conclusivo del Sínodo hace referencia en el comienzo al pasaje evangélico de la mujer samaritana que dialoga con Jesús. Ella se acerca con su vasija vacía a buscar agua a un pozo en el desierto. Un relato cargado de imágenes que hablan de lo obvio y de lo alegórico: desierto, sed, agua, cercanía, diálogo, Mesías, Salvador, fe... 

No cualquier agua calma la sed. Hay jornadas duras y complicadas en el desierto. Hermanas y hermanos que desesperan; que perdieron o quebraron sus cántaros. Muchos también cansados de correr tras espejismos que prometieron mucho y cumplieron nada. El consumismo materialista, la fuga de la realidad por medio de la droga o el alcohol, no son agua fresca en el desierto. Y nosotros que corremos el riesgo de tercerizar el agua y desligarnos del diálogo con la humanidad sedienta. 

En estos días hemos constatado que somos testigos y anunciadores de una Buena Noticia: Jesús mismo camina por las calles de Calcuta, París, Bogotá, Gualeguaychú, Córdoba, Buenos Aires, Montevideo... “Dios vive en la ciudad” (Salmo 42). Vive entre las casas de sus hijos. 

Fuimos convocados para un Sínodo (= del griego: “hacer juntos el camino”). El objetivo es colaborar los obispos —sucesores de los Apóstoles— con el Papa —sucesor de Pedro— en el gobierno de la Iglesia Universal. El tema sobre el cual trabajamos: “La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana”. 

En un clima de diálogo y oración, reflexión y confianza compartimos estos días. No nos pusimos de acuerdo en todo. Pero en muchas cosas sí, y sobre esos acuerdos redactamos una serie de proposiciones que el Papa utilizará para elaborar una Exhortación Apostólica que nos ayude a toda la Iglesia a asumir con más confianza la Nueva Evangelización. Otros temas seguirán madurando y necesitan de más estudio, más oración, más experiencias que muestren signos de luz en aquello que aún no se ve claro. 

En el corazón de cada persona hay deseos de verdad, bien y belleza, de justicia, libertad y paz. 
“Esos anhelos profundos son como la sed que desea ser saciada. Jesús nos dice: “Yo soy el agua”. 

+ Mons. Jorge Lozano

sábado, 22 de septiembre de 2012

Jugar por plata no es jugar por Jorge Eduardo Lozano* (Revista Debate)


En estos años ha habido en el país un enorme crecimiento de ofertas de los modos más variados de hacer apuestas de dinero. Me resisto al eufemismo “juegos de azar”, aplicable tal vez a la perinola o a los esparcimientos familiares o de amigos. Pero cuando el “juego” consiste en poner plata para intentar ganar más plata, la denominación debería ser “negocios de azar”.
Casinos, Bingos, Tragamonedas, loterías de las más diversas, simples o combinadas, provinciales o nacionales, se multiplicaron en locales ubicados en ciudades turísticas o no turísticas, grandes o pequeñas, del norte o el sur, y hasta en Internet. 
Respecto de esta situación quisiera referirme a tres “pompas de jabón”: son bonitas, atractivas, redonditas, pero fugaces y efímeras. 

Una pompa de jabón: la ayuda social. En la mayoría de las promociones se insiste en destacar la ayuda social que se realiza gracias a las apuestas. Pero detengámonos un poco en esto. Veamos lo que sucede, por ejemplo, con las llamadas máquinas tragamonedas. La proporción distributiva varía según los contratos. Pero lo habitual es que cada $100 que una persona apuesta, 50% va para el dueño de la máquina, y el otro 50% para el Estado. El propietario —a veces— debe hacerse cargo del alquiler o luz del local, y algún otro gasto, que no supera los 20 o 25$ de esos $50 que le corresponde. El Estado suele pagar otros gastos que el privado no, por ejemplo sueldos de otros empleados, cubrir algunos déficit, gastos administrativos de oficinas pertinentes del Estado... Si vas sumando, de esos $100 apenas 15 o 20 se dedican a la ayuda social. ¿Quién jugó? ¿Quién hizo negocio? ¿Quién ganó? ¿Quién se benefició?
Así es; el dinero va al bolsillo de los que con la plata no juegan, sino que la acumulan.
Es cierto que la ayuda social es necesaria y urgente. Pero también es cierto que se pueden pensar en otras fuentes de financiamiento que no sea el negocio de azar. 

Segunda pompa de jabón: promovemos el turismo. Salvo en unas pocas ciudades —me sobran los dedos de una mano— en la gran mayoría apuestan más los locales que los visitantes. ¿Alguien puede pensar que es turista quien va al Casino o local de tragamonedas de lunes a lunes a las 10 de la mañana o a las 3 de la tarde? Hablando con empleados de algunas de estas salas, nos cuentan lo que ven. Quienes asisten son vecinos, y muchos de ellos de condición humilde. Justamente a quienes se destina la ayuda social. Es preocupante el incremento de asistencia de mujeres y de jóvenes. 
La tercera pompa de jabón: salvate con un golpe de suerte. Se alimenta la fantasía o falsa ilusión de que está al alcance de tu mano conseguir el dinero que necesitás. Sea para cambiar el auto o la casa, para comprar un taller, para hacer un viaje... Placer o trabajo como destino del dinero, da igual. A cuántos conocemos que hayan sido alcanzados por la suerte, y a cuántos clavados en la misma situación y con deudas por apostar. Las máquinas tragan monedas y escupen desilusión. A esto se suma el creciente número de adictos a las apuestas: ludopatía. Una verdadera enfermedad. 

La mejor manera de desarrollarse una persona y su familia es por medio del trabajo dignamente remunerado. Para salir de la pobreza no hacen falta la suerte y apuestas, sino equidad y justicia social.
Para sostener programas sociales tan importantes como necesarios, no hace falta recaudar entre los pobres o de clase media, sino promover otros modos de redistribución de la riqueza. 

*El autor es obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina.

jueves, 6 de septiembre de 2012

EL CODIGO CIVIL Y LA SOCIEDAD (Publicado en Clarín)

Por José María Arancedo Arzobispo De Santa Fe Y Presidente De La Conferencia Episcopal Argentina


La reforma del Código Civil debería ser oportunidad de reflexión y garantía de auténtico pluralismo. Esto sólo es posible si aceptamos los valores morales objetivos como fundamento de las leyes.


Antes de ocuparnos de algunos temas de la actual reform
a del Código Civil, considero necesario valorar su significado y alcance en la vida de una comunidad. Todo Código define derechos y obligaciones de personas e instituciones, en este sentido depende de una idea o concepción del hombre.



No se trata de algo neutro ni un mero instrumento para solucionar problemas.
Leer un Código Civil es conocer la vida y los valores de una comunidad.


Tiene mucha sabiduría aquella frase popular: “dime cómo legislas y te diré qué sociedad quieres”. Al legislador le corresponde, en su noble y necesaria tarea de mediación política, plasmar en leyes positivas el camino de una nación y prever las consecuencias de lo que hoy se legisla. 



Las leyes tienen un valor objetivo y pedagógico. Creo que es conveniente recordar que a la Iglesia no le corresponde elaborar leyes para la sociedad, esta es función del Estado.



Pero ella tiene, y siente, la obligación de colaborar en la búsqueda de aquellos principios morales objetivos que son el fundamento de toda obra legislativa , y que son “accesibles a la razón, prescindiendo del contenido de la revelación” (Benedicto XVI). No se trata de un tema confesional. Por otra parte, el católico es un ciudadano que ama y sirve a este país, y tiene el derecho y la obligación de asumir su responsabilidad en las decisiones que van a orientar el futuro de su patria. Cuando se habla y se dan razones del valor humano de la verdad, como de la existencia de un orden objetivo que se debe respetar, no es justo descalificar con el término de fundamentalismo
 La conciencia de estos valores y la reflexión del legislador son garantía de leyes justas.



No puede haber derecho al margen de la moral natural que rige para todos los hombres, sea religioso o ateo.
Por ello, no es correcto relegar a la esfera de lo privado o individual el mundo de los principios morales, negando su importancia en la elaboración de las leyes y en el bien común de la sociedad. 



He recordado, en otras oportunidades, la importancia de la ecología. En este sentido, también es necesario hablar de una ecología humana .



El hombre posee una naturaleza que se debe respetar y no manipular.



El hombre no es sólo una libertad que se crea a sí mismo, y que carece de límites en su afán constructivista o de ser un pequeño dios. Él es espíritu y libertad, pero también naturaleza, por ello su decisión es justa cuando la tiene en cuenta y la respeta. A la naturaleza humana se la puede ayudar y mejorar, pero en su mismo orden. Los límites son posibles y necesarios, es más, son un acto de justicia que legitima el alcance de la misma ley. En el ejercicio de su libertad el hombre tiene la capacidad de un dominio sobre la técnica y el manejo de la vida, que es signo de su dignidad y responsabilidad moral. Desde esta perspectiva y con ánimo positivo de propuesta, considero importantes algunos temas: Respecto al comienzo de la vida humana y su necesaria protección, la ciencia no deja lugar a dudas: la vida humana comienza desde el momento de la concepción.



Es necesario, por ello, afirmar que la persona es tal desde la concepción, sin distinguir si ello ocurre dentro o fuera del seno materno. No hay diferencia ontológica entre ellos. Además, ¿cuál es el status o situación jurídica de estos embriones humanos no implantados?



El Código Civil debe prever y orientar claramente esta realidad porque es, en su nivel, fuente y referencia legislativa para futuras leyes en la sociedad.



Si el Código Civil no valora los deberes de fidelidad, cohabitación, en orden a la asistencia y el bien de los hijos, al matrimonio se lo debilita en perjuicio de los propios esposos y del bien superior de los niños en su derecho a crecer y ser educados en el ámbito de una familia estable. Hay en el anteproyecto una equiparación casi absoluta entre el matrimonio y las uniones de hecho.



Se pretende dar reconocimiento legal a las “diversas formas de familia”, pero llama la atención que la única forma que no se reconoce jurídicamente es la fundada sobre el matrimonio estable e indisoluble.
El matrimonio estable merece una valoración y un reconocimiento superior. 



La vida de las personas tiene en sus relaciones una referencia que hace a su identidad e historia. Paternidad, maternidad y filiación son fuente de riqueza personal y social.



En la regulación de algunos efectos de las técnicas de fecundación artificial, se privilegia un supuesto “derecho al hijo”, por sobre los derechos del hijo al conocimiento de su origen.



En estas técnicas se dan mecanismos de selección de embriones más aptos con descarte de los demás, no habiendo previsiones que eviten estas derivaciones injustas.



Muchos juristas, científicos y filósofos dicen que no todo lo técnicamente posible es necesariamente ético. Este principio debe incidir en la redacción de un Código Civil . En el derecho comparado podemos ver que existen países que han limitado los daños provocados por el uso de estas técnicas, restringiendo el acceso a los matrimonios formados por varón y mujer, y prohibiendo la crioconservación de embriones. En cuanto a la fecundación post-mortem, no considero aceptable permitir orfandades futuras amparadas por la ley, dado que se pueden evitar.



En esto quiero ser claro.
Resulta agraviante a la dignidad de la mujer y de los niños la existencia del alquiler de vientres.
Esto, que degrada a la mujer embarazada, es posible que se convierta en una fuente de más injusticia y desigualdad por la explotación de la pobreza.



Se privilegia, nuevamente, los deseos de los adultos por sobre los derechos del niño a nacer.



Además de negar al niño el conocimiento a su identidad biológica, se desconoce el profundo vínculo que se establece entre la madre gestante y el niño al que da va a dar a luz. La psicología intrauterina ha avanzado mucho en esto, su palabra tiene un valor que debemos escuchar.



Pienso que la reforma del Código Civil debería ser un lugar de reflexión y encuentro de los argentinos como base y garantía de un auténtico pluralismo . Esto, entiendo, sólo es posible si aceptamos la existencia de valores morales objetivos como fundamento de leyes para todos, creyentes o ateos. Considero que este presupuesto es central para aproximarnos al Código Civil, dado el significado objetivo y orientador que tiene esta norma para la vida de una comunidad. 



Estamos ante una oportunidad que debemos valorar y nos compromete, porque tendrá consecuencias jurídicas y culturales en la vida de los argentinos de acuerdo a lo que hoy se legisle. Un Código Civil expresa la vida y el futuro de una comunidad.

viernes, 24 de agosto de 2012

El Código Civil y nuestro estilo de vida : Mensaje de la Comisión Permanente del Episcopado


"Que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna" (1Tim. 2, 1-3).



1. El compromiso ciudadano
“Queremos ser Nación”, es lo que venimo
s rezando juntos, porque somos conscientes de que el Señor nos ha regalado un inmenso don: nuestra Patria; y nos ha dejado una tarea: la construcción de nuestra Nación. Hoy los obispos deseamos hacer un llamado a renovar nuestro compromiso ciudadano colaborando en el debate por la reforma del Código Civil. Queremos contribuir a tener una mejor legislación para todos.



2. Importancia de la Reforma
Ésta, como otras reformas legislativas recientes o en curso, afecta nuestra cultura y nuestra vida cotidiana; proyecta cambios que nos tocan de cerca. Según el Código Civil que resulte sancionado se contestarán preguntas como: ¿Cuándo comienza un ser humano a tener el derecho de llamarse persona? ¿Cuál es el sentido de constituir legalmente una familia? ¿Con qué respeto hemos de considerar a las mujeres, especialmente a las más vulnerables? ¿Qué pueden dejar los padres a sus hijos al morir? ¿Tendrán derecho a la identidad los hijos
concebidos en laboratorios? ¿Podrán ser concebidos hijos de personas muertas?



3. Función y efectos del Código Civil
En el Código Civil se regulan derechos vinculados a la vida personal, matrimonial, familiar, social, económica, de todos nosotros. En él se expresa de alguna manera la forma y el estilo de vida que como sociedad queremos promover. Tiene, por eso, una función pedagógica y efectos de muy largo plazo. Podríamos afirmar: dime cómo legislas y te diré qué sociedad deseas. La sanción de un nuevo Código Civil y Comercial es seguramente la reforma legislativa más importante de las últimas décadas por la variedad de cuestiones implicadas y por la entidad de algunos de los cambios propuestos. Por eso coincidimos con el reclamo de academias, colegios profesionales, universidades, iglesias y otras personas e instituciones que con toda razón vienen pidiendo que a la discusión en el Congreso se le otorgue todo el tiempo que sea necesario. Sería conveniente, además, la realización de audiencias públicas en cada provincia.



4. Principales cuestiones en juego
La reforma propuesta contiene aspectos positivos; sin embargo necesitamos reiterar la preocupación acerca de algunas cuestiones de fundamental importancia.
El modelo de familia proyectado por estas normas expresa una tendencia individualista y se opone a los criterios evangélicos y también a valores sociales fundamentales, como la estabilidad, el compromiso por el otro, el don sincero de sí, la fidelidad, el respeto a la vida propia y ajena, los deberes de los padres y los derechos de los niños.
Si se aprueba sin modificaciones este proyecto, algunos seres humanos en gestación no tendrán derecho a ser llamados “personas”. La maternidad y la paternidad quedarán desfiguradas con la denominada “voluntad procreacional”; se legitimará, por un lado, la promoción del “alquiler de vientres” que cosifica a la mujer y por otro, el congelar embriones humanos por tiempo indeterminado, pudiendo ser éstos descartados o utilizados con fines comerciales y de investigación. Se discriminará, en su derecho a la identidad, a quienes sean concebidos por fecundación artificial, porque no podrán conocer quién es su madre o su padre biológico. Los cónyuges que se unan en matrimonio, no tendrán obligación jurídica de fidelidad ni tampoco de convivir bajo un mismo techo; los lazos afectivos matrimoniales quedarán debilitados y desvalorizados.
Queremos una sociedad en la cual se fomenten los vínculos estables y en donde se dé prioridad a la protección de los niños y de los más indefensos. Los deseos de los adultos, aunque parezcan legítimos, no pueden imponerse a los derechos esenciales de los niños. Como adultos, tenemos más obligaciones que derechos. Es necesario que reconozcamos y demos protección jurídica a toda vida humana desde la concepción, y que recordemos que no todo lo científicamente posible es éticamente aceptable.



5. El papel de la fe religiosa en el debate político
Benedicto XVI ha enseñado repetidas veces que la justicia de las leyes y de las acciones de gobierno tiene su fundamento en valores objetivos, que el hombre puede conocer guiado por su razón. El papel de la fe religiosa es ayudar a la razón para que descubra con claridad esos principios morales y los aplique rectamente. Es por ello que los católicos tenemos no sólo el derecho, como todo ciudadano, sino también la obligación de hacer nuestro aporte al debate público. Queremos proponer y ser escuchados.



6. Una oportunidad para actuar todos en bien de la Nación
Por eso, la hora nos reclama a los cristianos el testimonio personal y comunitario de Jesucristo para que resplandezca en medio de los hombres el amor de Dios, que es el verdadero fundamento y modelo de las relaciones humanas. Las reformas propuestas, junto con otras ya producidas o en curso de tratamiento legislativo, interpelan fuertemente a la Iglesia. A nosotros como pastores. A las madres y los padres de familia, a quienes corresponderá vivir su matrimonio aún más comprometidamente y formar a sus hijos en los valores evangélicos y en la verdad sobre la persona, con mirada lúcidamente crítica sobre lo que nos rodea. A los sacerdotes, diáconos, consagrados y catequistas, que deben comunicar estos contenidos y compromisos vitales con su palabra y testimonio. A las escuelas y docentes, llamados a acompañar y apoyar a los padres en esta difícil tarea con coherencia y valentía. A los profesionales de la salud, quienes pueden verse enfrentados a situaciones en que tengan que decidir en conciencia. A los abogados y jueces, llamados a defender la justicia y el bien de la persona en todas las situaciones que se les presenten.



7. Exhortación particular a los legisladores
Hacemos un particular llamado a los legisladores para que asuman en plenitud sus responsabilidades, estudien a fondo las reformas propuestas, sean fieles a la herencia y a las tradiciones patrias y estén abiertos a escuchar todas las voces que tienen algo que decir al respecto. Y finalmente, que no dejen de escuchar a la voz de su conciencia, evitando que las legítimas pertenencias partidarias los lleven a votar en contra o al margen de aquella.



8. Convocatoria a la oración y la reflexión
Invitamos a las comunidades parroquiales, educativas, instituciones y movimientos a organizar en las próximas semanas alguna jornada de oración y reflexión. En comunidad podremos orar a Dios, Padre de todo bien, a Jesucristo el Señor, y al Espíritu Santo, Señor y dador de vida.
Pidamos que bendiga a nuestra Patria e ilumine a nuestros legisladores y gobernantes, concediéndoles la sabiduría necesaria para trabajar por la paz, la amistad social y la defensa de todas las personas, privilegiando a los más pobres y débiles. Hagámoslo a semejanza de la primera comunidad cristiana, íntimamente unidos, dedicados a la oración y la reflexión, en compañía de María, la madre de Jesús y madre nuestra de Luján.



Los Obispos de la 162º Comisión Permanente
de la Conferencia Episcopal Argentina
Buenos Aires, 22 de agosto de 2012

lunes, 9 de julio de 2012

9 de Julio


Cada año la celebración del 9 de Julio es motivo de gratitud por el hecho de nuestra Independencia, pero nos debe servir, también, como momento de reflexión y compromiso. La gratitud, para no quedarse sólo en el recuerdo del pasado nos debe llevar a un sincero examen de conciencia en el presente, que nos abra con renovadas fuerzas hacia el futuro. Las dificultades no deben opacar, por otra parte, la realidad de los esfuerzos que personas e instituciones hacen al bien de nuestra Patria.

Hay riquezas que debemos agradecer y alentar, pero debemos tener cuidado de acostumbrarnos a justificar nuestros males y debilidades, como a postergar las soluciones. Hoy el tema de la inseguridad, potenciado por el avance de la droga, se ha convertido en una realidad que reclama una atención y una respuesta que no podemos demorar y nos compromete a todos.

No cabe duda que en una sociedad políticamente organizada, la responsabilidad de la dirigencia es mayor en la búsqueda de caminos que fortalezcan los lazos de pertenencia, como la equidad en el desarrollo de la comunidad. Es propio de la dirigencia, como parte de la virtud de la prudencia, saber crear las condiciones que hacen al bien común, manejar los tiempos de un justo crecimiento para el bienestar de todos los ciudadanos y asegurar el marco de una convivencia en paz. Es normal en la vida de una democracia la diversidad de opiniones, pero es un signo de su madurez la capacidad de generar políticas en las que todos se sientan parte. Esto significa búsqueda de consensos y no escalada de conflictos. La mayor marginalidad del ciudadano es estar en una comunidad y no sentirse parte de ella. Nos sentimos en nuestra propia vereda, tal vez con alguna cuota de razón, pero nos alejamos de esa verdad más grande que es sentirnos parte de una misma Nación con su historia y cultura. Con dolor escuchamos decir que los argentinos somos rehenes de nosotros mismos, de nuestros enfrentamientos y descalificaciones, y que nos falta encontrarnos en objetivos mayores de crecimiento e inclusión que recreen un clima de amistad social.

Hace 10 años hablábamos de "Recrear la voluntad de ser Nación" y, para ello, decíamos: "queremos convocar a la magnanimidad a toda la dirigencia argentina" (CEA 80° Asamblea Plenaria del Episcopado, 11-11-2000). Aquellas reflexiones siguen siendo actuales. Es magnánimo el que está dispuesto a sacrificios y esfuerzos en pos de grandes causas. La magnanimidad es la virtud propia del dirigente, del que ocupa un cargo de responsabilidad en el marco de la unidad y crecimiento de una comunidad. Ella necesita de ideales y valores morales que motivan su gestión y nos exige espíritu de diálogo, de austeridad y coherencia de vida, como esa capacidad de reconocer errores que nos abre a una madura disposición de cambio que es expresión de sabiduría política. La magnanimidad del dirigente es causa ejemplar para el crecimiento de una comunidad. Ella ennoblece al dirigente, lo purifica de la tentación del poder y mantiene viva en la sociedad el aprecio por los valores e ideales mayores.

Elevemos en este día una oración por nuestra Patria, para que encontremos como argentinos el camino de la concordia y la solidaridad que nos permita superar enfrentamientos y construir juntos el país que soñaron nuestros mayores y del que estamos en deuda. Danos, para ello, Señor: "la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda". Amén.

Monseñor José María Arancedo
Arzobispo de Santa Fe la Vera Cruz

LA PARTICIPACIÓN DE LOS TRABAJADORES EN LAS GANANCIAS DE LAS EMPRESAS


En el mes de Mayo del corriente el equipo de Pastoral Social de la Arquidiócesis de Rosario llevo a cabo una jornada reflexiva sobre la Participación de los trabajadores en las Ganancias de las Empresas en el auditorio del Círculo de Obreros del Rosario.

La misma contó con la presencia de autoridades gremiales, empresariales, representantes de entidades intermedias, autoridades municipales y abundante público general que permitió que la jornada sea un ámbito de reflexión para una temática tan compleja.

El panel estuvo compuesto por el Pbro Fabián Monte, miembro del equipo de Pastoral Social de la Arquidiócesis de Rosario, el Sr. Matías Layus como representante de la comisión Interna del Nuevo Banco de Santa Fe, el Sr. Gonzalo Echagüe junto con el Dr. José Luis del Río en representación del Grupo Dorrego, y los Sres, Juan Santillán y Adrián Tapari en representación del Sindicato del Neumático (SUTNA).

En primer lugar la Directora del Equipo de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Rosario , la Dra. Viviana Wille Bille expreso unas palabras de bienvenida a los expositores y al público en general agradeciendo la presencia.

A continuación tomó la palabra el Pbro Fabián Monte, quien explicó la postura de la Iglesia Católica , exponiendo sucintamente un recorrido de la temática a lo largo del tiempo en el Magisterio de la Iglesia, partiendo de la Encíclica Papal Rerum Novarum de 1891 hasta nuestros días. Entre diversos puntos sobre los cuales el disertante hizo referencia podemos destacar algunos que reflejen la visión de la Iglesia. El elocuente nos leía el siguiente fragmento: “…Es evidente que el obrero y el empleado que se saben directamente interesados en la buena marcha de una empresa porque una parte de sus bienes está empeñada y fructifica en ella, se sentirán más íntimamente obligados a colaborar mediante sus esfuerzos y hasta sus sacrificios. De ser así, se sentirán más hombres, depositarios de una más amplia parte de responsabilidad; se darán cuenta que otros son deudores suyos y se contraerán con más tesón a su tarea diaria, pese a su carácter duro y molesto”[1]

Continúo explicando el Pbro. que el Concilio Vaticano II en la constitución pastoral Gaudium et spes toca elípticamente el tema en su número 68, en el cual comienza por puntualizar el carácter personal de la empresa: “En las empresas económicas son personas las que se asocian, es decir, hombres libres y autónomos, creados a imagen de Dios”.
E inmediatamente deduce una consecuencia de ese carácter: “Por ello, teniendo en cuenta las funciones de cada uno, propietarios, administradores, técnicos, trabajadores, y quedando a salvo la unidad necesaria en la dirección, se ha de promover la activa participación de todos en la gestión de la empresa, según formas que habrá que determinar con acierto”.

El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, recepta todos estos antecedentes y manifiesta:
“La relación entre trabajo y capital se realiza también mediante la participación de los trabajadores en la propiedad, en su gestión y en sus frutos. Esta es una exigencia frecuentemente olvidada, que es necesario, por tanto, valorar mejor: debe procurarse que « toda persona, basándose en su propio trabajo, tenga pleno título a considerarse, al mismo tiempo, “copropietario” de esa especie de gran taller de trabajo en el que se compromete con todos. Un camino para conseguir esa meta podría ser la de asociar, en cuanto sea posible, el trabajo a la propiedad del capital y dar vida a una rica gama de cuerpos intermedios con finalidades económicas, sociales, culturales: cuerpos que gocen de una autonomía efectiva respecto a los poderes públicos, que persigan sus objetivos específicos manteniendo relaciones de colaboración leal y mutua, con subordinación a las exigencias del bien común, y que ofrezcan forma y naturaleza de comunidades vivas, es decir, que los miembros respectivos sean considerados y tratados como personas y sean estimulados a tomar parte activa en la vida de dichas comunidades ». La nueva organización del trabajo, en la que el saber cuenta más que la sola propiedad de los medios de producción, confirma de forma concreta que el trabajo, por su carácter subjetivo, es título de participación: es indispensable aceptar firmemente esta realidad para valorar la justa posición del trabajo en el proceso productivo y para encontrar modalidades de participación conformes a la subjetividad del trabajo en la peculiaridad de las diversas situaciones concreta”[2]

A modo de conclusión, el disertante nos enseño que el fundamento último de la participación de los obreros en los beneficios de la empresa, podemos encontrarlo en el principio del Destino Universal de los Bienes, según el cual los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa, con justicia y caridad. Continuó explicando que el beneficio, debe ser empleado como medio útil para promover el bienestar de los hombres y de los pueblos y para impedir su exclusión y explotación.(…)

El Pbro. nos dijo que algunos piensan que con la participación de los trabajadores en las ganancias se destruiría la productividad. El nos explico que en realidad, sucedería lo contrario: el trabajo, que es el verdadero agente dinámico, al participar en el beneficio, se sentiría interesado en aumentarlo más y más, lejos de sentirse tentados a despilfarrarlo en una situación de mercado libre.

El disertante culminó con otro pasaje el discurso del Beato Juan Pablo II: “La tarea del empresario puede muy bien ser comparada con la de aquel administrador del que nos habla el Evangelio, a quien su Señor exige cuentas de su trabajo. También a los empresarios se dirigen estas palabras: “dame cuenta de tu administración” y junto con el Señor, los interpelan los hombres, sus hermanos, que también están llamados a participar del patrimonio que Dios ha puesto, sobre todo, en sus manos. Sientan, la gran responsabilidad moral que les corresponde. Piensen que todos esos bienes son el puesto de trabajo de tantos hombres y mujeres, son el futuro de muchas familias, son los talentos que han de hacer rendir en bien de la comunidad.[3]

En segundo lugar fue el turno del Sr. Gonzalo Echagüe y El Dr. José Luís del Río en representación del Grupo Dorrego. Comenzaron su discurso agradeciendo la invitación y destacando la importancia de la temática de la jornada. El Sr. Gonzalo Echagüe tomó la palabra y explicó qué tipo de empresa era el Grupo Dorrego y expresó su dedicación a las prestaciones en materia de salud. Nos manifestó que para llevar a cabo las labores diarias se necesita un staff de personal de 700 personas que trabajan arduamente para prestar un servicio tan fundamental como el servicio médico.
Continuó explicando, el expositor, que la base del sistema del Sanatorio se basa específicamente en la creencia de el sistema de economía mixta, que busca entrelazar la economía privada con la economía social y solidaria, contando con el aporte de los trabajadores que confían en el grupo Dorrego para que administren dichos recursos.

Ambos disertantes concordaron que para que este esquema genere un buen resultado es necesario tener mucha dedicación, vocación y predisposición solidaria. De esta manera se puede lograr una medicina solidaria, destinada a dar salud a los trabajadores.

En tercer lugar expuso el Sr. Matías Layus, miembro integrante de la comisión interna del Nuevo Banco de Santa Fe, quien desarrolló el modelo de participación de los trabajadores en dicha entidad, lograda luego del proceso de privatización a la cual fue sometido. Asimismo, explicó como se produjo dicho traspaso desde las arcas estatales a los privados y cual era el esquema de participación en las ganancias y en la dirección de la empresa.

Por otro lado, manifestó que fue la misma ley de privatización la que abrió las puertas a la posibilidad de una participación accionaria de los trabajadores que optaran seguir como bancarios. Los trabajadores lograron de esta manera tener, no solo una participación como dueño de acciones clase B, sino también la posibilidad de nombrar a un director y a un síndico que conformaran el staff de dirección de la entidad.

El expositor nos expresó que al directorio de la entidad Bancaria no le era grato tener que compartir la dirección de la misma con representantes de los trabajadores, y esto genero que no fuera fácil la convivencia entre unos y otros. Esto sucedió cuando los directores patronales comenzaron a reaccionar contra el director de los trabajadores cuando este comenzó a solicitar informes de las compras y de las transacciones del banco. Finalmente, esto generó que ese trabajador fuera desplazado por una supuesta falta de idoneidad. El Sr. Layus nos ejemplificó de esta manera lo difícil que fue la lucha en aquellos momento, explicando cual era la relación entre los trabajadores con los administradores del banco, manifestando el arduo proceso de integración de representantes de los trabajadores en el directorio del banco.

Para concluir su discurso, dió a conocer el mecanismo de la posesión de las acciones en el banco. Exponiendo de qué manera se organizaron para administrar las acciones que les correspondían, algunos agrupándose como sociedad anónima y otros creando una cooperativa.

Luego llegó el turno de los miembros del Sindicato del Neumático, quienes explicaron cual fue el proceso de participación logrado por los trabajadores de la empresa Firestone; sistema que quedó plasmado en el convenio colectivo vigente en la actualidad. 
Los miembros de la seccional Lavallol del Sindicato del Neumático nos explicaron que este sindicato representa a los trabajadores de tres fábricas: Pirelli, Fate y Firestone. La única de las tres que tiene este sistema de participación es Firestone, esquema logrado en el convenio colectivo cuyas tratativas estuvieron a cargo, como representante, al Sr. Pedro Wasiejko que por cuestiones particulares no pudo presenciar la jornada.

Haciendo un repaso histórico de cómo se logro tal avance, nos manifestaron que en aquellos años se discutía de manera constante el tema salarial sin lograr avances, puesto que la empresa argumentaba que no había recursos suficientes como para hacerlo y amenazaba diariamente con retirarse del mercado y dejar a la gente en la calle.

Luego de la crisis económica del 2001, el dirigente Pedro Wasiejko logró llegar a un acuerdo que en aquel momento no se lo veía como el avance que se puede observar hoy. Esto debido a que no se lograba la esperada suba salarial, pero sin embargo se ponía por escrito un artículo que establecía la mecánica de participación en las ganancias de los trabajadores en la empresa.

Para entender bien de que estabamos hablando, les transcribimos el artículo de la Convención Colectiva de Trabajo a la que estamos haciendo referencia:

Participación de los trabajadores en las ganancias de la empresa

Las partes coinciden que, la garantía de crecimiento de la empresa se funda en la generación de utilidades y que el cumplimiento del objetivo económico requiere de la máxima colaboración de todos y cada uno de los trabajadores. Por tal motivo se establece a favor de todos los trabajadores de la empresa un bono extraordinario no remunerativo por el plazo de vigencia del presente convenio, de participación en las utilidades ordinarias netas de la empresa. Para la determinación del resultado anual, una vez aprobado el balance del ejercicio correspondiente, los trabajadores participan del treinta y tres por ciento (33%) del excedente de la ganancia neta ordinaria libre de impuestos que supere el seis por ciento (6%) de la facturación anual, otro treinta y tres por ciento (33%) será destinado al desarrollo del mercado y el otro treinta y tres por ciento (33%) se incorporará en equipos

Los expositores nos expresaron que este artículo, el cual se logro en aquel convenio, nunca se va a sacar más allá de las renovaciones que se hace de él cada dos años y que el objetivo es ampliar día a día la aplicación del mismo.

Finalmente el cierre de la jornada estuvo a cargo de Mons. Emilio Cardarelli, delegado episcopal de Pastoral Social de la Arquidiócesis de Rosario quien agradeció la presencia de cada uno de los participantes e insto a continuar con el tema en cuestión.


[1] Alocución a Asociaciones Católicas de Empresas Pequeñas y Medianas, del 8 de octubre de 1956
[2] CDSI 281
[3] Discurso del Papa Juan Pablo II al empresariado argentino, Abril 11 de 1987

sábado, 23 de junio de 2012

Síntesis Primera Sesión - Semana Social 2012 - Viernes 22 de Junio

Con la asistencia de casi 300 participantes, se inició la Semana Social 2012 en el Hotel Intersur 13 de Julio de la ciudad de Mar del Plata.

La Primera Conferencia sobre el tema central "Trabajo, Dignidad y Justicia Social" estuvo a cargo de monseñor Jorge Lozano, presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.
Compartimos algunos abstract de su conferencia.

"No nos mueve desde la Pastoral Social la búsqueda de espacios de poder. Queremos realizar un servicio a la sociedad

Algunos señalaron que ese acontecimiento marcó el fin de las utopías. Yo creo que no es cierto al menos yo las sigo teniendo y sé que muchos de ustedes también. Pero sí hemos de reconocer que la actividad económica y política se vio fuertemente condicionada por el pragmatismo eficientista.
Hubo un desplazamiento de la soberanía de la política a la economía, y un corrimiento de la ética por debajo de ambas.

También hay falta de ética en la aplicación de subsidios de algunos Estados del Hemisferio Norte que no nos permiten ingresar con nuestros productos. Reclaman libre mercado, pero son proteccionistas con sus propios intereses.

Es un desorden moral que haya tanta concentración de riqueza en pocas manos. Un sistema económico centrado en el lucro como único y supremo objetivo privilegia la especulación financiera por encima de la inversión productiva. En este contexto el trabajo es visto como una mercancía, y la persona no está en el centro de la sociedad.

La crisis económica internacional no es sólo un problema financiero. Ella se debe a una serie de errores técnicos y también a responsabilidades morales.
Las estructuras políticas y económicas deben estar al servicio del bien común, dando prioridad al trabajo sobre el capital, y a la producción sobre las finanzas.

El problema es el sistema neoliberal y su incidencia en la falta de justicia y cuidado del ambiente. Quienes más sufren las consecuencias son los pobres. Ellos ven deteriorados sus ingresos o pierden su fuente de trabajo.

En la superación hay que privilegiar al ser humano integral, en todas sus dimensiones. La política ?responsable de la búsqueda del bien común? debe estar por encima de la economía y las finanzas. La ética debe imperar sobre la política y la economía.

El Evangelio tiene consecuencias sociales. Es Buena Noticia para la persona y para la humanidad en su conjunto. De la Palabra de Dios se derivan una serie de principios que iluminan la vida social.

Por eso tenemos como creyentes y proponemos a todos los hombres algunos principios firmes sobre los cuales construir la sociedad: la inviolabilidad de la Dignidad de la persona humana, el Destino Universal de los bienes, la Participación de todos en la búsqueda del Bien Común, el principio de subsidiariedad, la solidaridad, la primacía del trabajo sobre el Capital y de la producción sobre las finanzas.
El lema que nos hemos propuesto para esta Semana Social recoge algunos de estos principios.

Vivir en sociedad no es una desgracia a soportar o una cuestión instrumental. Somos seres sociales, en relación.

Por eso también cuestionamos que "el hombre sea lobo para el hombre". En nuestro origen y vocación no está la lucha despiadada sino la solidaridad.

Por eso también cuestionamos el individualismo egoísta que nos aísla, o que nos reúne sólo por necesidad utilitarista. Estamos llamados a la comunión, y la amistad social nos hace bien. Los demás son hermanos antes que adversarios o competidores.

Otro principio que se deriva del acto creador de Dios es el Destino Universal de los bienes de la creación. cuestionamos la acumulación de riqueza y acaparar los bienes para unos pocos.
Justicia Social: hablar de justicia social es más abarcativo que el término inclusión social.

El concepto de Deuda Social nos ayuda a tener presente la necesidad de un orden social más justo, en el cual cada persona tenga acceso a lo que le corresponde.

El salario, entonces, no es como el pago por una mercancía, sino el modo en que se verifica la justicia social o su ausencia.

Por medio del trabajo el hombre participa en la obra creadora de Dios y obtiene el sustento digno para sí y su familia.

También es un elemento clave de vinculación social en orden al Bien Común. Los bienes que necesitamos para vivir dignamente en la sociedad se producen por medio del trabajo. No sólo los bienes necesarios para cada familia, sino para toda la sociedad. (cfr. CDSI 274)

Estamos en condiciones de establecer la vinculación estrecha entre los elementos presentes en el lema de esta Semana Social: El pan que llega a la mesa sin el trabajo, puede ser dádiva que ofende a la dignidad de la persona humana. Pero también es cierto que el trabajo que no alcanza para el pan, es explotación y opresión. Trabajo, Dignidad Humana y Justicia Social deben siempre estar de la mano.

a) Desocupados o subocupados
Debemos reconocer que unos cuántos hace tiempo que no tienen un trabajo estable ni ocupación alguna, y otros apenas consiguen changas esporádicamente. Uno de los desafíos serios que tiene la humanidad por delante es la generación de puestos de trabajo.

b) Trabajo no registrado
Éste es uno de los problemas más serios y que afecta especialmente a los sectores más vulnerables. Genera una serie de consecuencias como la falta de aportes jubilatorios, de acceso al crédito, de protección ante accidentes de trabajo, creando una verdadera discriminación.

c) Los jóvenes
Es necesario el desarrollo de un marco legal que permita acceder a un primer empleo formal para los jóvenes, de manera de incluirlos con la participación tanto del sector público como del privado, en iniciativas productivas.

d) La mujer
Muchos hogares de nuestro país son llevados adelante por la mujer. Al esfuerzo volcado en la educación y el seguimiento de los hijos, la organización de la casa, se suma el trabajo no siempre debidamente remunerado. Por el mismo horario y trabajo, en algunos casos llegan a cobrar menos que un varón.

e) Los migrantes
La opresión sufrida por ellos está cuidadosamente organizada y llevada adelante por grupos delictivos que se enriquecen a costa del esfuerzo ajeno.

f) Los pueblos originarios y pequeños campesinos
En varias ocasiones son desplazados con violencia de su terruño. La posesión de títulos precarios y la lentitud en dar respuesta a sus situaciones generan injusticias, con complicidad o desinterés de las estructuras del Estado.

g) Hay otras formas de explotación y sometimiento
La trata de personas para la explotación laboral o el comercio sexual. Los que venden drogas o trafican armas. Quienes se venden o prostituyen para el consumo. Los niños y niñas dedicados a la mendicidad.
En todos ellos vemos los rostros de quienes son humillados y despreciados.

Debemos incrementar con dedicación y creatividad la amistad social.
Y por amistad social no nos referimos a un mero pacto de no agresión sino a un construir juntos, por el camino del diálogo y la búsqueda de consensos. Para ello es necesario un clima social de amistad, que permita visualizar los intereses ajenos al igual que los propios y encarar la búsqueda de soluciones superadoras que coincidan en el bien común de los argentinos. Por eso estamos aquí

Como Pastoral Social debemos pensar mucho en los excluidos al mundo del trabajo. Pero esto no solo debemos reclamarlo como un rol fundamental del Estado, sino también un compromiso sincero de los empresarios, de los dueños del capital, que deben velar porque la ganancia nos sea la única meta de los negocios en argentina. La centralidad debe estar puesta en los hombres y la comunidad donde se desarrollan.

Estamos cumpliendo los 25 años de la segunda visita de Juan Pablo II a la Argentina. Les comparto algunas perlitas de lo que les dijo a los empresarios en el Luna Park (11 de abril de 1987): Una empresa respetuosa de estas finalidades sociales exige, evidentemente, un modelo de empresario profundamente humano, consciente de sus deberes, honesto, competente e imbuido de un hondo sentido social que lo haga capaz de rechazar la inclinación hacia el egoísmo, para preferir más la riqueza del amor que el amor a la riqueza."